Coleccion de sexo
Sandra se queda sola muy temprano, por lo que tiene tiempo de sobra para ponerse a ordenar algunas cosas de la casa, dentro de un rato vienen los operarios de la tv satelital, y quiere aprovechar el tiempo para ella.
Apenas termina de hacer lo poco que había, enciende su compu, su vicio privado es prenderse en Poringa, le gusta ver los videos y no deja de envidiar a las que se animan a sacarse fotos y subirlas. Se calienta en extremo con los comentarios de los tipos, le enloquecen las barbaridades que escriben. Hasta aprovecha para leer algún relato, sueña con una infidelidad, con una aventura morbosa y caliente. Comienza a tocarse y rápidamente siente como el calor sube en su cuerpo. Sus dedos juguetean en su clítoris, primero sobre la ropa, luego desprende y hace a un lado lo que estorba. Comienza a masturbarse cuando el timbre suena. Su primera reacción es intentar ignorarlo, pero no puede, se acomoda rápidamente la ropa y absolutamente frustrada se digna a atender.
Son los tipos que estaba esperando.
-adelante, los estaba esperando- miente su propia frustración.
No hay atracción, por lo menos de su parte, si hasta le molesta que uno de ellos le mire descaradamente las tetas. Siente la tentación de decirle ?ehhh, boludo, acá arriba tengo los ojos?. Pero se abstiene.
Rápidamente los tipos se ponen a trabajar
-cualquier cosa me avisan- se disculpa ella, toma su notebook y se encierra en su dormitorio.
Con la velocidad de un rayo abre el relato nuevamente y se sumerge en la realidad que el autor le propone, ella agrega sus toques personales para hacerse protagonista de la morbosa historia.
Recostada en su cama no duda en desprenderse el pantalón, sumerge su mano hasta su raja, caliente y húmeda. Se acaricia suavemente mientras lee. Con la otra mano se toma una teta, se amasa con fuerza y gime suavemente.
No siente la puerta que se abre, tampoco lo ve pues sus ojos se han cerrado un instante por el placer. La sorprende la extraña voz
-que buena foto te acabo de sacar mamita- le dice uno de los operarios, precisamente quien le mirara las tetas.
-¿Qué hacés hijo de puta?- le espeta ella
-aprovecho el espectáculo, mi vida- le dice el tipo absolutamente lleno de morbosidad.
-¿me sacaste una foto?- pregunta ella sorprendida y llena de furia
-¡por supuesto hermosa!, no podía dejar pasar la oportunidad-
-¡Dame esa foto, borrala!- dice ella en voz alta, sin saber demasiado que hacer para evitar la situación.
-a tu marido se la voy a dar- responde el malvado desconocido
-no, por favor, eso no- suplica ella inmovilizándose de pronto.
-entonces vas a tener que convencerme- expone el tipo
-¡ni loca!, aparte, vos no conocés a mi marido- responde ella tomando fuerza.
El tipo saca una planilla de su bolsillo.
-si, acá tengo el nombre, y hasta su celular- sonríe maléficamente
-no, te lo ruego- suplica ella
-no es de esa forma que quiero que me supliques- dice el tipo que no duda en exhibir su pija, dura e inmensa.
La sacude lentamente de arriba hacia abajo, el tremendo miembro parece la trompa de un elefante sacudiéndose. Sandra lo mira, sabe que no tiene otra salida y se sienta en el borde de la cama mientras el tipo se acerca con la verga entre sus manos.
-hijo de puta- dice ella entre dientes
Pero extiende su mano hacia la verga que apunta hacia ella como si fuera un fusil enemigo a punto de disparar. Su mano apenas lo toca provoca que la verga se endurezca aún más, las venas que surcan el tremendo miembro se hinchan y la punta de a cabeza parece enrojecerse. Sandra abre la boca y la llena de pija. La situación la llena de morbo, la calienta sobremanera aunque no le dé muestras al desconocido.
Es lo que ella cree, en realidad su rostro se relaja cuando la pija está en su boca. Lo que comienza en un suave masaje bucal, se convierte rápidamente en un enloquecido chupar, en un ir y venir de sus manos recorriendo todo el largo de la verga que invade su boca. Con la otra mano cubre los huevos del tipo, los siente gordos y pesados. Los aprieta suavemente y sucumbe a la tentación de besarlos. Adora el olor a macho que el tipo expele, los chupa, los mantiene entre sus labios y los libera, para volver a esa pija enorme que espera por ella.
-ehhh, tito, vení que para vos también hay- dice el tipo
Tito aparece, como un rayo saca su verga de entre sus ropas y se acerca. Sandra no duda y se prende a esa nueva verga sin soltar la del primero. Alterna ambas pijas en su boca, las lame, besa y chupa con pasión.
-yyyy, te vamos a tener que coger nomás- dice el primero
Sandra sonríe, acepta lo que el tipo ordena. Los tres se desnudan y es el primero quien se recuesta en la cama.
-vení mamita, sentate acá arriba- le dice el tipo con voz de cavernícola
No lo duda, Sandra pasa una de sus piernas y comienza a bajar, siente como la verga del tipo entra forzada. Gime y se queja pero sigue bajando muy lentamente.
-uyyyyy, es enorme- se queja
Llega hasta el fondo, Sandra siente como si un brazo completo hurgara en su interior, el placer es inmenso, como inmensa es la pija del tipo. No puede más y se desploma sobre él
-es muy grande- vuelve a quejarse.
El tipo la sostiene por la espalda, la inmoviliza para que Tito se acomode detrás de ella. Sandra siente como la saliva de tito resbala entre sus nalgas, mientras con el dedo, tito le lubrica el culo. Luego apunta con su verga y puja. Intenta ser cuidadoso, pero fuerza un poco el orificio que cede ante la presión de la carne endurecida.
-despacito- implora ella
Pero tito ya está bombeando, ella con su movimiento, hace que la verga del primero entre y salga, o por lo menos se mueva en su interior.
-hijos de puta, me están cojiendo- los desafía ella
-no mamita, vos nos estás cabalgando- dice tito
Y es cierto, los dos están inmóviles y es ella quien se mueve, es ella quien les está entregando todo a esos degenerados. Es ella quien hace que ambas vergas entren y salgan de ella a voluntad.
Siente el orgasmo aproximarse, siente como su cuerpo comienza a temblar, intenta seguir el ritmo, pero se le dificulta, a pesar de todo sigue, quiere que los tipos la llenen de leche, quiere que los tipos acaben en ella y le hagan sentir que es su esclava. El orgasmo se produce, ella acaba con fuerza mientras se retuerce.
Mientras gime vuelve a la realidad, está sola en la cama, las vergas de los tipos no son otra cosa que sus propios dedos. Ella está en cuatro sobre la cama, con su rostro sumergido en el colchón mientras su culo en alto busca pijas inexistentes.
El orgasmo es extenso, los estertores ganan su cuerpo y ella abre sus ojos, mira la pared de su pieza sin cambiar de posición, le gusta tocarse un poco más luego de acabar.
-mamita, que foto acabo de sacar- dice una voz
Ella mira hacia la puerta de su dormitorio, el operario la mira con el rostro cubierto de morbo?
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