Lo mejor de sexo el amo de las miradas 2º parte (cuento – ciencia ficción) (SEX)

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Lo mejor de sexo

el amo de las miradas 2º parte (cuento - ciencia ficción)

Este es un cuento que hace rato vengo masticando, me gustaría recibir mensajes privados con sus opiniones y sugerencias. eso si son varios capítulos. Desde ya muchas gracias.

El amo de las miradas

primera parte


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2º parte

Un poco más confundido por las últimas palabras de la vieja, comencé a caminar, la avenida aún lucía iluminada. Muy pronto entendí lo de manejarme con cuidado.

De frente venía una mujer entrada en años y en kilos, no pude manejar mi imaginación, y se me vino a la mente la imagen de ella desaforada, inmovilizándome contra una pared, manoteándome la verga desesperada.

Fue un instante, pero pareció bastar para que su rostro se transfigurara apenas cruzó su mirada con la mía, su rostro se contrajo en un gesto malévolo, casi asesino. Apuró el paso, venía directo hacia mí. Yo miré hacia los costados, pero decidí escapar por donde había venido. Corrí desesperado por tres o cuatro cuadras hasta que la perdí.

-tengo que aprender a manejar esto- me dije un poco enojado a mi mismo.

Divisé un druggstore en cuyo frente un anaquel exhibía toda clase de lentes oscuros.

Compré el primero que tomé y me los coloqué rápidamente. El tipo que atendía me miró extrañado.

-los tengo que pasar por el lector- me dijo ásperamente

Me los quité, no lo quería mirar, pues aunque no soy homosexual, en mi mente se agolpaban imágenes de aquel tipo chupándomela, cerré los ojos con fuerza para no provocar nada que no me interesara.

-acá están- me dijo nuevamente de mal modo.

Sin pensar y en un gesto inconsciente lo miré. Su rostro se transformó al instante. Me dijo el precio mientras intentaba tomarme de la mano.

Pagué sin demora y gané la calle rápidamente. Había hecho unos metros cuando me giré. El tipo me miraba desde la puerta de su negocio.

-¡a la mierda!, ¡esto me está empezando a pesar!- pensé mientras me colocaba los lentes.

En plena noche, por una avenida iluminada y yo con lentes oscuros. Noté que la gente me miraba extrañada, pero a pesar que imaginé varias escenas nada ocurrió. Estaba a salvo de mi propia imaginación detrás de unos lentes de morondanga.

Pude llegar a mi casa. Y agotado me tiré a dormir. Era tarde y necesitaba descansar.

Al otro día desayunaba tranquilo, tratando de procesar lo que me había sucedido. Decidí comenzar por alguien con quien no perdiera o arruinara una amistad. Leticia se me vino a la mente. Una mina que está súper buena y tiene un culo de novela. Con ella nunca nos llevamos bien, siempre discutimos en el trabajo, pues tiene un carácter de los mil demonios.

-es sábado, debe estar en su casa- me dije a mismo.

Me coloqué los anteojos oscuros y comencé a caminar. No demoré demasiado en recorrer las pocas cuadras que me separan de su casa.

Me atendió con mala cara, su rostro denotaba una tremenda molestia por tenerme enfrente.

-¿Qué necesitás?, hoy es sábado y no tengo ganas de verte- me escupió sus palabras

-quería hablar con vos, me quiero sacar una duda- le dije mientras observaba sus ajustadas calzas negras, que demarcaban perfectamente sus piernas trabajadas. El sudor en su corta remera ajustada indicaba a las claras que estaba haciendo ejercicio. Por el momento mis lentes estaban colocados

Me acerqué descaradamente a ella, mi cerebro hervía de imágenes calientes con ella. Cuando intenté tomarla de la cintura, una cachetada me hizo volar los lentes. Su rostro iracundo se transformó al instante cuando me miró a los ojos ya sin protección.

-perdoname- me dijo suavemente mientras me hacía pasar al interior de su casa.

Tal cual mi imaginación, ella se arrodilló prestamente ante mí, sin demoras sacó mi verga de entre mi pantalón. Desaforadamente comenzó a chupármela.

-¿me perdonás?…¿me perdonás?- repetía ella cada vez su boca se desocupaba.

-besame los huevos- le ordené

Ella obedeció sin pausa. Se dedicó a besar y lamer cada centímetro de mis huevos. Lo hacía con premura y dedicación. Mi verga estaba dura a reventar. Sus besos se fueron desplazando hacia la punta de mi verga.

-me vas a hacer acabar- le dije

-es lo que quiero cabroncito, quiero tu leche- respondió al instante.

La tomé de los hombros y la hice incorporar, la hice girar para apoyarle la verga en sus duras nalgas, mientras mis manos se deslizaban por debajo de su remera hacia sus tetas. Así pegados la llevé contra la pared, ella apoyó sus manos mientras yo le bajaba la calza. Ella me miraba deseosa por sobre el hombro. Cuando llegué con sus ropas a sus tobillos su culo estaba desnudo frente a mi rostro. No pude evitar besarlo, darle suaves mordiscos inofensivos en las nalgas. Ella rió sonoramente. Mi lengua fue directamente a su ano. Lo rodeaba tratando de humedecerlo con mi saliva, ella respondía con gemidos suaves y cortitos cada vez me apoyaba en el centro de su orificio. Me ayudaba con uno de mis dedos para dilatarlo un poco, para lubricarlo delicadamente.

Me puse de pie, abrió sus nalgas con sus propias manos, deseosa de sentirme. Apoyé mi verga en la entrada de su culo, ella con un fuerte movimiento hizo que mi pija ingresara de pronto entre sus carnes, era una espada caliente de carne que se clavaba en su cuerpo, y ella se quejó amargamente, me volvió a mirar por sobre el hombro.

-hijo de puta, la tenés enorme- me dijo con voz entrecortada

Sus movimientos cobraban fuerza y velocidad. Yo inmóvil me dedicaba a disfrutar la hermosa vista que tenía frente a mí. Su culo hermoso deglutía mi verga una y otra vez.

-me encanta?me encanta sentir?tu verga en el culo- los gemidos no le permitían hablar de corrido.

Su culo iba y venía, sus manos abrían su culo cada vez más. La tomé de sus largos cabellos con una mano, y tiré suavemente.

-Cabalgá yegua, movete para mí- le dije.

Se movió más fuerte aún, el ruido de sus nalgas contra mi pelvis inundaba el ambiente.

-si?dame tu leche?quiero tu leche- exclamaba casi fuera de sí

Sus piernas se doblaron, perdió el ritmo.

-estoy acabando, estoy acabando como nunca- dijo ella

Yo me prendí en el ritmo, ahora ella se sostenía de la pared mientras yo embestía con fiereza. Su largo gemido me reveló que estaba acabando mientras mi verga se derramaba dentro de su culo. Una vez más y demostrando su calentura me miró sobre hombro, mi mano fue a su vagina para ajustarla a mí, nos besamos con todo mientras ella seguía gimiendo. Su orgasmo era interminable. Nos movimos un par de minutos más, hasta quedar inmóviles ambos apoyados sobre la pared, yo encima de ella.

Acomodé mis ropas y fui a buscar mis anteojos, que habían ido a parar sobre un sillón. Me los coloqué parsimoniosamente.

Ella se agachó para levantar su calza arremolinada en los tobillos. Dejó ver su culo aún un poco dilatado.

Cuando se giró yo ya tenía los lentes colocados.

-no se que me pasó, no me pude controlar- me dijo mientras su rostro comenzaba a contraerse nuevamente.

Se acercó lentamente a mí, sonriendo recorrió el par de metros que nos separaban. Me sorprendió pegándome una trompada en mi vientre. Yo me doble por el dolor

-no se que acaba de pasar, pero no se va a volver a repetir- me dijo mientras su mano buscaba mis huevos. Me los apretó provocándome un dolor inaudito.

-andate hijo de puta- exclamó fuera de sí.

Apenas podía caminar, el dolor era espantoso, pero a pesar de eso una sonrisa llenaba mi rostro.

-esto se está poniendo bueno- me dije.

fin de la 2º parte


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