Teniendo sexo Viendo a mi mujer con otro – La otra historia 2º parte (SEX)
88Teniendo sexo
1º parte
Tal como la primera vez estuvimos toda la noche y parte de la mañana meta coger. No alcanzaba a acabar que yo ya quería más; Ella alcanzaba el orgasmo y ya quería de nuevo. Buena parte del día siguiente la pasamos ?descansando? y cuando empezaba a atardecer decidimos trazar nuestro nuevo plan. En un café ya sabíamos que daba buenos resultados, pero queríamos algo nuevo, algo distinto. Decidimos ir a un Shopping a probar suerte.
Ana Llevaba puesta su minifalda de jean, que ya otras veces le había dado buenos resultados y una remerita básica sin mangas y un tanto ajustada; Caminaba por delante de mí unos metros y la verdad es que yo me excitaba de solo ver cómo le miraban el culo al caminar. Alguno se animaba a decirle algo, y no faltó quien le dijera alguna guarangada: ?mamita, te voy a reventar el culo a pijazos?, obvio que en voz baja y disimuladamente. Finalmente y por su cuenta Ana decidió probar suerte en lo conocido: un café del shopping. Yo por supuesto seguí su idea y me ubiqué a un par de mesas, de frente a ella. Saqué mi celular y la llamé.
-volvemos a lo mismo- le dije
-son todos cagones, no te encaran- dijo frustrada
-te dijeron un par de cosas- acoté
-pero de eso no pasan?esperá, dejo el teléfono abierto- dijo de pronto
Como yo estaba mirándola, no me di cuenta que un tipo se acercaba.
-disculpame, ¿no has visto un florero por aquí?- le preguntó a Ana
-nnno, no he visto ninguno- respondió ella entre frustrada y desconcertada
-que lástima, porque quería ponerte en uno, una flor tan hermosa como vos no puede quedarse sin agua- dijo el desconocido simulando angustia
Ana lanzó una risotada
-gracias, pero estoy mejor fuera de un florero- respondió ella
-por lo menos déjame invitarte algo de tomar, no quiero que te sequés- avanzó él
Ahora fue Ana quien simuló pensar, pero ya lo había decidido.
-dale, sentate, no quiero que pasés un papelón- aceptó ella
-no seas malagredecida, yo solo quiero cuidarte- se victimizó él
-si seguís así voy a terminar invitándote yo- rió Ana
-noooo, eso jamás, en esta ciudad tienen prohibido pagar las mujeres-
-ahhh, entonces puedo pedir lo que yo quiera- dijo ella pensando en ponerlo en apuros
-por supuesto, si querés pedite la carta entera, que por el placer de compartir la mesa con vos, lo pago encantado- dijo él a sus anchas.
-con un café me alcanza-
-no sos de acá- aseguró él mientras hacía una seña hacia la barra
-¿tanto se me nota?, no es la primera vez que me lo dicen- rio Ana
-yyy, acá los turistas resaltan de inmediato por el acento, ¿viste?- se respaldó él y continuó -¿viniste solita?-
-si y no, es una historia larga- respondió ella
-¿tengo que cuidarme de algún celoso?- preguntó él haciendo el papel de temeroso
-por eso no te preocupés?- afirmó ella
-Entonces puedo tener esperanzas-
-¿y yo tengo que cuidarme de alguien?- preguntó Ana
-y, mirá, no puedo llevarte a caminar al centro- se rió él
-entonces acá corremos peligro-
-no, el negocio es mío, y acostumbro a conversar con los turistas- exclamó él mientas señalaba la barra del café
-la coartada perfecta- afirmó ella acomodándose el pelo que insistía en caer sobre su rostro
Conozco a Ana de tal forma que yo ya sabía por sus gestos que todo marchaba según los planes. Se produjo una pausa mientras una chica servía diligentemente un par de cafés.
-me quedé con una duda, ¿estás en pareja y viajaste sola, no estás en pareja o tu pareja anda por allí?- preguntó él
-anda por allí, pero ya te dije, no te preocupés que a él no le importa- minimizó Ana
-ahhh bueno, ¿es boludo o confiado?-
-confía en mí- respondió Ana riendo sin dejar de mirarlo a los ojos
-¿y que grado de libertad tenemos?- preguntó él
-¿tenemos?, vas demasiado rápido, todavía no pasamos de una charla- lo frenó ella
-te equivocás, sé perfectamente que ya pasamos esa etapa, y apostaría a que estás pensando dónde diablos vamos ?terminar esta situación?- dijo confiadamente el tipo
-estás equivocado, no estoy pensando en eso. Aparte ni tu nombre conozco- dijo ella
-¿acaso importa?, ¿Qué hay más excitante que hacerlo con un desconocido
Ana rió sensualmente. ?la hija de puta ya se entregó? pensé muy excitado.
-claro, vos te imaginás que voy a ir al baño con vos, que allí te la voy a chupar y voy a dejar que me des a tu voluntad. Me vas a hacer gemir y acabar cientos de veces. Luego me voy a parar y a ir así nomás- dijo Ana muy tranquila
-me vas a volver loco- exclamó él totalmente desarmado
Yo estaba tan enfocado en la charla que escuchaba por mi teléfono, que no escuché cuando la chica me preguntaba
-¿Qué vas a querer?-
-¿eh, ah?un café?- dije estúpidamente
Ella rió, sacudió su cabeza y se fue. Yo me quedé admirado cuando Ana se levantó de la mesa junto con el tipo, que la tomó de la mano. Ambos enfilaron hacia la zona de los baños. Le hice una seña a la mina del café y los seguí a distancia prudencial. El pasillo de servicio estaba vacío y rápidamente se introdujeron en el baño de hombres.
Esperé un par de segundos y y yo también entré, haciéndome el boludo. De los cuatro boxes, solo uno estaba cerrado. ?están allí? me dije y entre al de al lado. Corté la comunicación abierta con Ana, puse la cámara a filmar y me arriesgué a asomarlo por sobre el tabique. El video resultante lo vi por completo después, en mi habitación junto con Ana.
La puerta del box está cerrada, Ana y el tipo se besan desesperadamente. Él le manosea las tetas mientras ella baja su mano en busca de la pija.
-uy papi, que dura la tenés- dice ella
-con una hermosura como vos?- agrega él
-vamos a ver cuanta lechita tenés-
El tipo le agarra la cabeza a ana, pensando que ella se va a arrodillar delante de él, pero está equivocado. Ana le baja el cierre del pantalón y le saca la pija. Ella comienza a pajearlo.
-chupámela- ruega él
-ya te dije, aquí no, esto es un adelanto- dice ella mientras sigue su rítmica tarea.
La mano recorre una y otra vez la pija, mientras ella sigue hablando
-imaginame, con la faldita levantada, la tanguita corrida y vos dándome pija- susurra Ana
-por favor? quiero tu boca- ruega él
-acá la tenés, en tu oído, diciéndote cositas- sigue ella
El tipo resopla, intenta contenerse
-ahora te voy a sacar la lechita?toda la lechita- afirma ella mientras lo somete a su voluntad.
Él vuelve a resoplar
-eso bebé, imagináte que me estás rompiendo el culo, que me estás haciendo gemir, que me estoy moviendo para vos- continúa ella
El tipo estalla, chorros de leche salen de su verga a borbotones. Ana sonríe satisfecha. Su mano enchastrada de semen sigue yendo y viniendo por la verga hasta que la leche se agota.
-me hiciste acabar- dice él angustiado
-¿y ahora que hacemos?- pregunte ella fingiendo tristeza
-dame un segundo- propone él mientras intenta volver a besarla
-no, ahora estoy apurada?si querés después, armá algo y llamame-
Ana sabe perfectamente que estoy al lado, me da unos segundos para que yo escape.
-¿tenés donde anotar?- pregunta ella
Yo ya estoy fuera del box, encaminándome hacia la puerta del baño.
Ana llega de vuelta a los pocos minutos, me mira, se ríe. Yo niego con la cabeza en el típico gesto ?que hija de puta que sos?, me contagio de su risa cuando el tipo vuelve a aparecer. Luce abrumado, casi desesperado.
-no me podés dejar así- escucho sin necesidad del teléfono
-llamame y arreglamos algo para esta noche-
-esta noche no puedo, mi esposa?.- alcanza a decir él
-bueno, yo si, si vos no, me tendré que buscar a otro que me consuele- dice ella
La mina me trae el café, que tomo casi de un sorbo, casi me quemo las entrañas?.
Ana se levanta y comienza a caminar, el tipo se queda mirándole el culo mientras se aleja. Pago el café y me voy tras ella, siempre a distancia. Apenas subimos al auto, ella me pide ver el video
-no, en la pieza, yo también tengo leche?- digo
Y hacia allá nos dirigimos, desesperados por echarnos un polvo.
Rato después ella se queda pensando
-¿Qué te pasa?-
-Me quedé pensando, ¿es que no hay tipos que se aguanten una mina activa, que les pasa a los hombres?-
-Este tipo del café?- me veo obligado a callarme pues me interrumpe
-se deshizo como una masita nene, quiero un macho que me dé vuelta, como vos- se lamenta
-yo te conozco, se tus puntos débiles-
-escuchame, te conocí una noche, yo estaba con otro, y a la hora estaba en cuatro patas, gritando como perra, hiciste de mi lo que quisiste, eso busco-
-¿Qué pasa, querés reemplazarme?- le pregunto haciéndome el celoso
-no, quiero volver a sentir eso, recién te conocía y me hiciste sentir cosas increíbles, vos sos irremplazable en mi vida- me dice
-entonces vas a tener que buscar a dos tipos a la vez- me río haciendo un chiste
-puede ser?puede ser-
El rostro se le ilumina, me ha hecho caer en su trampa y yo entré como un boludo.
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